Publicación original en MarketingDirecto.com aquí.

El quid de la cuestión del reciente documental de Netflix, The Social Dilemma, se basa en una idea principal: la recopilación excesiva de información personal ha permitido a las plataformas sociales poder manipular nuestra personalidad, así como nuestros estados de ánimo y escala de valores. Y han conseguido que las personas se vuelvan adictas a ellas una vez que las prueban, al igual que sucede con la nicotina.

Este mensaje fundamental se basa en lo que el documental afirma que es el objetivo principal de las plataformas sociales: que dediquemos cada vez más tiempo a sus aplicaciones. Algo que logran con el uso de algoritmos maliciosos, diseños que provocan adicción y sofisticadas técnicas que se basan en lo que se conoce como “miedo a perderse algo” o FOMO, por sus siglas en inglés de fear of missing out.

Creo que es importante recalcar que Facebook impugnó públicamente estas afirmaciones, al aclarar que su estrategia tiene que ver con el valor, no con la adicción, ya que que las fuentes que se utilizan en el documental no habían trabajado para una plataforma de redes sociales durante años, y que por tanto no podían tener una imagen real del panorama actual.

Cuando observamos fuera de las plataformas sociales, en la web abierta y los sitios web de noticias, donde las personas se involucran con el periodismo, se podría señalar que todos los sites compiten con las redes sociales por hacerse con ese tiempo y atención de los usuarios tan valioso.

Pero la gran diferencia es que el periodismo nunca tendrá un “dilema social”.

Nadie recaba ni manipula información sobre uno en la web abierta

Si uno visita la página web de The Independent o de la CNBC, nadie sabe de tu identidad. Eso es así puesto que los sites de noticias no pueden ver ningún tipo de información de identificación personal de las personas. Y por tanto, no conocen ni tu nombre, ni tu edad, sexo, amigos o pasatiempos preferidos, lo que significa que no hay una posible identidad que manipular.

Las redacciones fomentan la conciencia personal y la democracia frente al modus operandi de las redes sociales

Nos guste o no, los puntos de vista que nos sugieren las redacciones de los sites de noticias de la web abierta, los han creado y seleccionado seres humanos. Es decir, están libres de cualquier control por parte de los gobiernos o de las máquinas. Esto es un claro contraste con lo que sucede con las redes sociales, donde su feed está gestionado por máquinas con el objetivo de lograr que los usuarios, las personas, nos convertirnos en adictos a ellas. De tal forma que cada vez capten más nuestra atención, y en último término nuestra conciencia.

El trabajo de un equipo editorial no consiste únicamente en crear y sugerir contenido que esté libre del control de las máquinas, sino también ser capaces de filtrar el ruido. Y esto es posible porque están capacitados para tomar decisiones sobre qué información debería ser conocida por todos y cuál es relevante según la situación económica del país, o relevante en el terreno deportivo, en el ámbito del entretenimiento, los negocios…

Las redacciones son la conexión entre la información y las personas. Además, si se tiene en cuenta el principio del sistema democrático de “un gobierno del pueblo, por y para el pueblo”, darle a las personas una variedad de opiniones y educarlas al respecto es clave para nuestro futuro. De ahí que la web abierta sea importante puesto que respalda nuestro derecho fundamental a ser educados, así como mantener nuestra conciencia segura y a no ser manipulados.

Las calorías vacías son perjudiciales

El periodismo, por definición y por suerte, tiene arraigado su interior en dar voz a los hechos. Gracias a ella se pueden encontrar nuevas ideas y diferentes puntos de vista en los sites de noticias. Mientras que las redes sociales son esencialmente una maquinaria impulsada por IA diseñada para ser el vivo reflejo de nuestra personalidad.

A todos los medios de comunicación del mundo les encantaría que los usuarios dedicaran un minuto más a ellos para que les leyeran más, les vieran más, interactuaran con ellos o se suscribieran a su newsletter. Cuando nosotros les prestamos más atención y pasamos más tiempo en el site del New York Times o en la CNBC será algo valioso para nosotros, porque aprenderemos algo nuevo que no sabíamos o escucharemos una nueva opinión sobre algo que nos interesa. Sin embargo, los feeds de las redes sociales se alimentan de la necesidad de una aprobación social e interactúan contigo para influir en tus decisiones. Algo que no sucede en los sites de noticias.

Por otro lado, me gustaría señalar que consumir contenido en las redes sociales es como ingerir “calorías vacías”. Es decir, alimentos que aportan mucha energía pero pocos o ningún nutriente. Y que dedicar tiempo a contenido que se basa en la ética periodística es como alimentarse con comida equilibrada. Porque no es fácil elegir un brócoli cuando está sepultado por azúcar, pero todos sabemos que al verlo, el brócoli es mejor para nuestro organismo que el azúcar.

No hay un dilema

Tenemos que admitir que hemos perdido el control, estamos enganchados y no podemos dejar de pensar en las redes sociales. Porque como dice la canción Dilemma del rapero estadounidense Nelly, “No importa lo que yo haga. Todo lo que pienso eres tú”.

Y ahora que el mundo atraviesa una de las crisis más grandes de todos los tiempos, una pandemia global, esta nos trae algo bueno que suele venir en circunstancias como estas. Porque todos nos vemos obligados a hacer una introspección personal, tanto las empresas como las personas, ya sea porque estamos haciendo todo lo posible para hacer las cosas mejor o para preguntarnos a nosotros mismos si hay algo que podamos hacer de manera diferente.

El camino en el que nos encontramos nos podría conducir, a menos que hagamos algo al respecto, a una guerra civil o a la aparición de comunidades desfavorecidas. El periodismo, y de manera particular la web abierta, son fundamentales para la democracia, para nuestra educación y para la paz. Necesitamos de medios de comunicación que difundan noticias de ámbito nacional y local, sites de noticias para sectores de actividad específicos y de la web abierta para mantenernos fuertes. Soy optimista. La situación mejorará porque apreciamos el periodismo de calidad y porque las circunstancias lo requieren.

Además, el contexto actual es una buena ocasión para pensar en nuestro “tiempo”. Es decir, en cómo lo dedicamos y en la importancia de la web abierta, gobernada por personas y no por máquinas.

No tengo ningún dilema. Voto por la web abierta y por el periodismo.

Publicado originalmente:

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